En la dinámica de los movimientos sociales, la ausencia de mujeres obstaculiza el progreso y el éxito. Por el contrario, cuando las mujeres participan activamente en tales movimientos con compromiso consciente e informado, su presencia mejora significativamente el avance. Dentro del gran despertar de la conciencia islámica, el papel de las mujeres es insustituible y debe persistir.
Las mujeres, al preparar y alentar a sus cónyuges e hijos para participar en los campos y frentes más peligrosos, desempeñan un papel crucial. A lo largo de la lucha contra la tiranía en Irán y después de la victoria de la revolución hasta hoy, hemos observado y reconocido claramente la prominencia de los roles de las mujeres. Si nuestras mujeres no hubieran estado presentes en el campo de batalla durante la guerra de ocho años impuesta sobre nosotros, la victoria de la nación en este juicio arduo y difícil no se habría logrado. Las mujeres, incluidas las madres de los mártires, las esposas de los mártires, las esposas de veteranos discapacitados, las esposas de prisioneros de guerra y nuestras mujeres liberadas, cultivaron un espacio dentro de una esfera limitada a través de su paciencia.
Este espacio alentó a los jóvenes y hombres a unirse firmemente a la lucha, un fenómeno que se multiplicó a nivel nacional. En consecuencia, la atmósfera de nuestro país se transformó en una de lucha implacable, altruismo e incluso sacrificio de vidas, lo que finalmente llevó a la victoria. Hoy, lo mismo es cierto en el mundo islámico, ya sea en Túnez, Egipto, Libia, Bahréin, Yemen u otros lugares. Si las mujeres refuerzan su presencia en el frente y persisten, las victorias sin duda continuarán cayendo sobre ellas sucesivamente. En esto, no hay duda.
